La alimentación básica estaba compuesta por grano para el pan que podía ser de trigo, avena, cebada o cualquier otro parecido, el cual se molía a mano o en almirez; al polvo o harina se le añadía agua, sal y de vez en cuando se añadía levadura (cuando no tenían mucho tiempo ésta no se colocaba en la receta).
También existía un tipo de pan hecho con grano que se soasaba o tostaba, para que no se rompiera, y que era el utilizado en las marchas, viajes o expediciones militares. La elaboración del pan se hacía, según descubrimientos arqueológicos, poniendo la masa sobre piedras calentadas y cubiertas de ceniza para que conservara el calor, lo que sin duda le daba un aspecto desagradable. Otro método de cocción era el aplicar la masa a unos jarros de barro con orificios que en su interior tenían las brasa, añadían aceite de olvia, se cocían y se aderezaban con miel (ya que se desconocía la existencia del azúcar).
Como ejemplo de dónde viene la receta de nuestro Pan les dejamos el siguiente versículo:
Les dijo otra parábola: “El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado.”
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